Con el fin de Vincular las asignaturas que se imparten a los estudiantes con el medio natural y social, se realizó la intervención musicoterapéutica en sede Valdivia, teniendo como invitado a Vicente González Erdmann, un pianista de 13 años, con desarrollo de “Oído Absoluto”. Se estima, que solamente un 0,01% de la población a nivel mundial, posee esta habilidad y su campo de estudio es poco investigado.
Fueron los estudiantes de 6° semestre de la carrera de Psicopedagogía, quienes participaron de una jornada de expresión musical como parte de la asignatura de musicoterapia, a cargo del docente, musico y Técnico en Educación Diferencial Joel Poblete, en colaboración con Vicente, TEA, quién interactuó con los estudiantes a partir de un metáfono, en donde representó las notas musicales, mientras las reconocía e interpretaba de forma instantánea, esto dejó en evidencia como la musicoterapia se puede transformar en una herramienta de intervención alternativa.
Lo anterior lo afirman especialistas, dando cuenta como la musicoterapia estimula la percepción auditiva, visual, táctil y kinestésica en los niños. La música y la danza les ayuda a interactuar de una manera diferente con su entorno y a la vez estimula su capacidad para percibir los estímulos que les rodean.
“El baile y la música son una forma de expresión mediante la que se manifiestan emociones, sentimientos e ideas. Ese mensaje no es ajeno para los niños o los adultos. El hecho de concentrarse en determinados movimientos rítmicos (propios de la música) les permite a los niños y en especial aquellos que presentan la condición de TEA disminuir las conductas repetitivas. Esto se debe a que la secuencia estereotipada de los movimientos entra en disonancia con el ritmo de la música y hace que la conducta repetitiva se vaya extinguiendo poco a poco. Además, el ritmo de la música también reduce los niveles de ansiedad, un estado emocional que favorece la mejora en las conductas repetitivas y agresivas.”, expresó Danixa Contreras, jefa de Carrera de Psicopedagogía y Técnico en Educación Diferencial.
Por su parte Joel Poblete apuntó a que “La actividad desarrollada fue de mucha importancia para favorecer los procesos de intervención con sujetos que presentan NEE. En el caso de Vicente, él logró generar un vínculo y desenvolverse por intermedio de la música y los sonidos y se transformó para los estudiantes en una muestra asertiva de lo que podemos lograr con las terapias alternativas cuando estas son bien desarrolladas”.
Finalmente, la estudiante de 6° semestre, Constanza Muñoz indicó que “La actividad realizada por nuestro profesor fue una instancia de aprendizaje significativo para nuestra formación profesional, dado que nos mostró desde una realidad, como podemos utilizar esta herramienta de intervención y colaborar en el desarrollo integral de personas que presenten algún tipo de necesidad”.